“El mal de la Argentina es su extensión“. Una frase de Sarmiento que me encanta, y en la que pienso cada vez que tengo la posibilidad de viajar.
La cuestión no está en la frase en si, sino en el sentido que Domingo Faustino quiso expresar; refiriéndose a una Argentina de mediados del siglo XIX que tenía enormes extensiones de tierra sin habitar entre ciudad y ciudad… El problema que planteaba no era de agrimensura, sino sobre el uso y la propiedad de las tierras.
Obviamente, como podemos advertir hoy a comienzos del siglo XXI, las decisiones fundamentales sobre las cuestiones del territorio no son competencia de la política, mucho menos del pueblo en general.
Sigue habiendo en este País, un poder que no es parte de la Democracia y que, como bien sabemos, exige sin rendirle cuentas a nadie. Si tienen la suerte de viajar por trabajo a lo largo de este País, preparense para enormes extensiones de nada (algo que fascinó a Darwin); preparense un buen termo de agua para matear (si pueden dos mejor); tengan la precaución de revisar el clima para no llevar ropa de más (y llevar la ropa adecuada); hagan una pequeña investigación previa (para aprovechar los ratitos libres); y preparense sobre todo para, luego de un largo viaje, llegar al hotel y ver en la TV la noticia de un vuelco en Paseo Colón o la tediosa congestión de la Gral. Paz.
Preparense para disfrutar de las sutilezas del verdadero poder de la Argentina.
4 de Mayo de 2014: Bariloche 5º
17 de Mayo de 2014: Corrientes 25º